M. me pregunta si la van a volver a ingresar. Lleva un chándal barato y huele demasiado a tabaco. Sigue yendo todas las semanas a la peluquería, pero ese gesto, acartonado a veces, de franco terror otras, no hay quien se lo peine.
Secadores y rulos para el alma. Y a buen precio, por dios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario