domingo, 22 de junio de 2008

Mis venas azules. Tan azules como mis Nike. Como tus ojos acuáticos que me huyen al pasar. Mis venas escondidas tras las paredes blancas de mi piel. Llenas de sangre y de vida, de tóxicos y de minúsculas células que sólo me pertenecen a mí. Pasillos infinitos donde nunca entró el sol. Oscuridad que palpita y me permite existir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

EL azul al final resulta un color atractivo, tanto para las venas como para unas Nike; encierra muchas tonalidades, como esos restos de tóxicos minúsculos.