lunes, 20 de octubre de 2008

Suena el despertador y es imposible. No puedo moverme. La historia no es nueva. Es mi estado de pseudocatalepsia siestil habitual. Un estado cojonudo, dicho sea de paso. De hecho, cuando pasados tres cuartos de hora consigo abrir los ojos me siento como si me hubieran arrancado de cuajo todos los cansancios. Alivio y corte de manga al cuerpo. Esta tarde no me vas a joder.
Un paréntesis para perder el tiempo y ahora sí, estudio un poco. Soy algo rácana a la hora de echarle horas a los deberes pero siempre cumplo aunque sea tarde. Mi meta es hacerlo todo antes del jueves y ya casi está, casi casi. Suena una puerta que se abre. Buena excusa para hacer un descanso. Hablo con Sonia de todo un poco. Por más horas que pasemos juntas nunca se agotan los temas de conversación. O será que somos especialistas en darle vueltas a todo.
Y viene Dani. Guapísimo. Vámonos un ratito a la habitación, anda...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jejeje... Me encanta el final... Dani, has dejado de ser un tubérculo para convertirte en el principito azul!!! Si ya decía yo que eras más guapo que todas las cosas!!!
Un becho a los dos!!!
ñ

Anónimo dijo...

que dices un principe!! un rey!!!! que esta mujer me tiene como a un rey.solo me falta la corona y creo que ya esta encargandose esther, esta tarde va al burguer king a quitarle una a un niño que este celebrando su cumple.
besos chicuelas!!!