domingo, 19 de octubre de 2008

No se trata de ganar o perder. Ni de ajustarse a ningún patrón prestablecido de lo que debemos ser, de lo correcto y lo bueno. Venerando al dios supremo que nos han metido a machete en la cabeza no llegamos a ninguna parte. Porque siempre hay una falta, una carencia como base innegociable de esta religión. Es el culto a la duda eterna, al juez de dentro que sólo reacciona ante el supuesto fracaso.
Y puede que sí. Que haya fracasado en algunas expectativas que alguien puso un día sobre mí. Que me pierda de vez en cuando. Pero cada vez que me veo a través de tu mirada me doy cuenta de que no se trata de lo que creía. Que todo es más sencillo. Que detrás de lo que poseo y de lo que me falta hay otro mundo. Y allí no hay preguntas ni largas esperas. Sólo amor.

Domingo de cielo rosado. Intento fotografiarlo para enseñártelo después. Otra vez hago recuento del fin de semana y sólo me salen risas y placidez. Alrededor hay pelis en el dvd , un espectáculo en el tanque que me gusta porque tú estás cerca , una noche agitada con las ventanas de colores y ese toque setentero por todas partes, confesiones y tu síndrome de abstinencia que siento como un gran regalo.
Y el proceso que es amarte e irme desnudando cada día un poco más.

No hay comentarios: