miércoles, 28 de enero de 2009

Estoy tumbada en la camilla de una habitación destartalada y estrecha. Desnuda de cintura para arriba y ladeada tal y como me ha explicado que me coloque la auxiliar de turno. Es una chica enérgica de melenita negra con flequillo que me llama por mi nombre y me hace sentir a gusto.
Llevo esperando en esta posición ya unos diez minutos. Mientras me pregunto hasta donde llega mi esperanza y le pido tímidamente y sin demasiada convicción al universo que todo salga bien. Y entonces entra la doctora. Es alta y extremadamente delgada. Rápidamente se pone manos a la obra. Escucho bombaer a mi corazón. Incluso puedo verle de refilón en la pantalla que hay instalada a mi espalda. Los números hoy están de mi lado. 44 es una cifra amiga. Sí.
Afuera Dani me espera en el coche, agotado del día con el ibook entre las manos. Le beso y se lo cuento: aún no hay nada definitivo y eso es bueno. Igual que tenerte a mi lado, indefinidamente cercano.
Es como si me hubiesen suministrado un antídoto contra toda esta jodida inquietud. Y disfruto de lo que queda de tarde con María en nuestra terraza de siempre. Un batido de fresa mientras va cayendo la noche y siento su abrazo hecho de palabras y complicidad.
Hoy dormiré como dios manda. Hoy el bichito por fin descansará.
( sé que no seré lo única, hermanita).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El compartir esos momentos contigo, tanto los buenos como los malos, es lo que me pide la cabeza y el corazon, por eso estoy ahi, porque me nace, porque quiero ser protagonista de esta historia tipo aida. Por supuesto yo me pido a mauricio. Tu a quien te pides? a Aida, a Paz o a la Loren?
te quiero
DANIE"LO"

Esther dijo...

Uhmmm.. yo me pido a .. la Macu que en el próximo capítulo se hace del pp y se lía con Mauricio. Pobre Barajas, con lo majete que es el tío.