viernes, 6 de febrero de 2009

Acabamos de llegar del hospital. Fractura múltiple de húmero y lo que es peor, posible rotura del nervio radial, el que recorre todo el brazo, según me he enterado esta noche.
Hace sólo un par de horas oíamos sus alaridos desde fuera de casa. Gritos de los que presagian una catástrofe. Hemos entrado deprisa, asustados. ¿Te ha mordido el torete, te ha dado una descarga... qué coño pasa?.
Y nos dice que se ha tropezado con el perro cuando cruzaba el garaje a oscuras.
Concatenación de putas casualidades. Esta tarde se ha ido la luz de parte de la casa y un rato después se ha apagado la caldera. Él salía para que los radiadores volviesen a funcionar. Tor se le ha puesto delante. El resultado, fatal. Y es que entra dentro de lo posible que haya perdido el brazo derecho.
El azar puede ser muy hijo de puta.
Mierda.
( Laura y Víctor nos esperan afuera. Nosotras entramos. Primero el médico, un residente de trauma probablemente , con la marca de las gafas de sol de su última aventura en la nieve, casi disculpándose nos habla de la mala suerte que ha tenido. Después le vemos en una minúscula salita junto a otros dos pacientes. Le hablamos desde fuera porque no hay espacio para entrar. Está mucho más tranquilo, el dolor ya no le arde, quizás no es consciente de lo que ha pasado, quizás se está protegiendo.. mientras que me quede una mano para juguetear con el ordenador y darle al mando a distancia me conformo, nos dice riendo. Me produce ternura verle así y deseo con todas mis fuerzas que mañana haya buenas noticias).
Hay que joderse.

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