viernes, 12 de junio de 2009

Dígitos, pulsaciones, centímetros, arterias que se hinchan y se deshinchan siguiendo el dictámen de un cuerpo que decide, árbitro invisible de un juego sin reglas.
Lato luego existo, me digo, y aunque las cifras sean lamentables laten en mis sienes, en mis muñecas y en cada escena vivida...
mientras espero el sonido del ascensor que anuncia tu calorcito
mientras me subo a cada uno de los taxis que me sirven de pies y de aliento
mientras sale el sol y sopla el viento y suben las temperaturas y me tumbo al lado de mis animalillos para así triplicar la vida que tanto deseo
mientras leo, escribo, hablo, escucho, miro, fantaseo, busco, encuentro, acepto y espero que todo esto pase, que llegue la tregua que me haga sentir un poco más completa, más capaz, más libre.

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