miércoles, 10 de junio de 2009

- ¿Qué son dos años en toda una vida?
- Te aseguro que dos años son mucho, una eternidad por lo menos, un sinfín de oportunidades, la puerta de mil desastres..
Es domingo por la mañana y hoy tampoco he conseguido descansar como hubiese querido. Estamos tirados en la cama mientras el tiempo se encoge a una velocidad pasmosa. Este fin de semana se escribe con letras de una cuenta atrás irremediable que va seguida de una exclamación que podría decir algo así como por fin estás con nosotros.
La presencia de César estos días huele a caricia robada, a fugitivo que hace un alto en el camino sólo para tomar aire y no caer desplomado, al roce eléctrico de una mano que se desintegra con sólo sentirla.
Y todo es tan normal como debiera ser si no fuese por el hecho de que no dejamos de hablar, acelerados, redundantes, sentenciosos. Conversamos y le damos cienmil vueltas a las cosas que le pasan últimamente al gorrión. Rompemos por unas horas cualquier pose de imparcialidad, nos empeñamos en resolverle todo dilema existencial. Nosotros. Ja.
(Yo ya le conté el sábado por la mañana, sentados en las escaleras de la entrada de un centro comercial y también le conté el sábado por la noche en aquel bar alternativo que han abierto a dos pasos de casa, qué entusiasmo, por dios: que ahora todo es mucho mejor, eso es en realidad lo que le dije, que me siento bien por dentro, sólo eso ).
La cabecita de César es una máquina atípica llena de tolerancia e ingenuidad, de una independencia difícil de comprender, de valor y cobardía a partes iguales. Y de desencanto por toneladas.
- Me gusta mucho escuchar a Dani, es esa seguridad con la que habla.. me dice con su voz limpia de cualquier maldad. Con unos enormes ojos que siempre me devuelven una Esther bella.
( a mí también me gusta Dani, así, tal como es.. y lo que resulta de mí a su lado).

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