lunes, 28 de septiembre de 2009

La psiquiatría es una ciencia demasiado inexacta para estar en manos de personas tan mediocres. Incluso diría que el sustantivo personas se les queda grande. Porque ser persona es un proceso complejo que no está al alcance de cualquiera.
Bestias con título universitario sería una definición más precisa.
Aunque vistan de Armani o cuelguen en sus despachos imágenes de Cristo nuestro señor.
Bestias está mucho mejor, decidido.

( y sí, hoy no quiero ser correcta, ni siquiera justa; hoy he vuelto a ver como alguien hipermedica hasta la sedación a A. sin ninguna razón, absolutamente ninguna; como S. es insultada y despreciada por su médico que la amenza con tomar represalias si no agacha la cabeza, cuidadito; como se castiga el delirio y se le equipara a la categoría de los actos delictivos con la diferencia de que aquí no hay defensa para los indefensos, ni el debido respeto; como se menosprecia el trabajo de enfermería y se desprecia cualquier opinión que cuestione a la máxima autoridad, al poder impuesto por un puñado de estúpidos.
En cuanto al trato que yo recibo poco importa si no fuese porque es la consecuencia de un ambiente rancio y opresivo y porque al final el que sufre, el que de verdad sale jodido de todo esto, es el enfermo psiquiátrico, el paciente con más paciencia y aguante que existe.
Manda cojones.

Y sí, hay quien se salva, hay quien hace las cosas bien o al menos lo intenta.
Y no, yo no soy ningún ejemplo para nada ni para nadie, sólo alguien que se revuelve por dentro y por fuera, con ganas de ayudar y un saco de defectos en la espalda).

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