miércoles, 30 de septiembre de 2009

Respira hondo y procúrate un reducto de paz y sosiego. Sublima toda esa ira o pregúntate de dónde la has sacado. Apunta directamente al objetivo y mucho cuidado con disparar al punto equivocado. Que sólo corra la sangre justa y necesaria. No te arrepientas y aprende a asumir las consecuencias.
Eso o directamente dedícate a cultivar flores.
Pero si te lanzas al campo de batalla olvídate de que nada vaya a ser fácil.

Mi pelo ahora es rojo. Estoy casi obsesionada con a dos metros bajo tierra. Escucho a Sonic Youth y Stone Roses. Sueño con acantilados que soy incapaz de atravesar, con el peligro que me acecha. Me ha invadido un sentimiento de disconformidad con cuestiones que hasta hace poco me parecían soportables.
Y no sé qué pasará mañana.

No hay comentarios: