martes, 29 de septiembre de 2009

" A los pacientes hay que ponerles límites sin darles ninguna explicación . Si no los aceptan y se alteran, entonces es que están maníacos ".
Después de escucharla decir esto sólo me queda una opción: prenderla fuego a todos sus zapatos y vetarla la entrada al Corte Inglés de por vida.

Creo que Cristina va a tener toda la razón del mundo: ese rictus y esas maneras son la expresión inequívoca de estar muy muy mal follada.
Aunque, por otro lado, los hay que no follan ni por casualidad y son un jodido cielo.
Qué dilema.

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