viernes, 12 de marzo de 2010

Ha sido un golpe de realidad tan brutal que sólo puedo llegar a la conclusión de que la culpa es mía y sólo mía: ¿o es que no tenía ya demasiadas pistas como para no intuir la catástrofe hacia la que yo misma me estaba precipitando?
La sensación que me queda en mitad de toda esta historia es de asco y pena a partes iguales. Quizás sería mejor no pensar en ello, no oponerme al hecho irrevocable. Son necios, necios hasta el dolor y yo tengo que sumarme a su juego porque ellos tienen el poder.
El proyecto del blog del psiquiátrico se ha enmierdado y ha perdido su razón de ser. Queríamos luchar contra todas las atrocidades, contra la brutalidad imperante, el dogmatismo , y resulta que no nos van a dejar  y que, con nuestro empeño, hemos destapado las miserias de un entorno putrefacto que se sostiene a sí mismo por la inercia de la imbecilidad.
Esther, sigue trabajando como un animal, pero para mi satisfacción personal. Adiós a cualquier disidencia, a la poesía y al pensamiento libre y crítico. Y cuidadito, porque aquí mando yo y tú estás a mi servicio, eso que no se te olvide, "cielo".

Hoy , mientras se desarrollaba la reunión semanal de planta, pensaba en lo injusto que es todo.
Y es que no es justo que personas de una caladura moral e intelectual tan ínfima tengan el mando y la capacidad de decidir sobre otros seres humanos..
No es justo que T. y N. se hayan enamorado y se haya dado la orden explícita de que si este fin de semana T., que estará fuera de esta cárcel, llama a N., no sólo no se pasará su llamada, sino que se negará que T. ha llamado a N., en el caso de que N. pregunte.
No es justo que cuando el jueves salía por la puerta ( salía la última de todos, como es habitual ) me encontrase sedado y suplicante a O. porque se había intentado suicidar la noche anterior y necesitaba desesperadamente que alguien le protegiese de sí mismo ( por favor, meterme aquí dentro o me mato esta noche ), y que nadie antes de mí se hubiese dignado a pararse, escucharle y llamar a una ambulancia.
No lo es que nunca, jamás, se tomen ninguna medidad frente a todos los abusos sistemáticos que se cometen en este centro y que, frente a la actuación de dos personas que deciden abrir un huequito para que entre un poco de aire, se despliegue este ejército absurdo de opresión y sinrazón.

El mundo está jodido y yo soy una imbécil por empeñarme en cambiarlo.
Y lo peor es que tanta estupidez e ignorancia me parten el corazón.

( escrito desde mi lado idiota, el mismo que en otros momentos me alegra la existencia )

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay personas que temen los cambios y a cualquiera que los promueva, pero los tsunamis son necesarios cuando las instituciones se enquistan.
Abrir el prisma y observar la realidad con la mirada limpia de quien aprende día a día, y no con la de quien considera que ya lo tiene todo aprendido, es un privilegio. Si éste está reservado a los imbéciles, prefiero serlo mil veces.

(aunque esto llegue con meses de retraso, mucho ánimo!)

mua

ñ