jueves, 4 de marzo de 2010

Quisiera decir que vuelvo para siempre, que voy a quedarme, que puedo hacerle frente a la soledad y a las contradicciones sin claudicar ni esconderme en las blandas concesiones que lo hacen todo más fácil.
Casi todo me resulta mediocre hasta el vómito. Una jodida impostura que tienes que tragarte hasta el último pedacito.
Mi vida se ha reducido a una combinación tragicómica y aleatoria de papeles de segunda en manos de una pobre actriz de tercera: ésa soy yo.

He cenado demasiado y Nick Cave no ayuda a nada. O quizás es sólo que hoy por fin estoy tranquila. Lo suficiente para desatarme el primer nudito de la soga.

Bienvenida de nuevo a la boca de desierto. No hace falta que me leas.

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