martes, 5 de agosto de 2008

Un salto cuántico a otro universo. El universo que habita dentro y que no se atreve a salir. El que se deja ver sólo en los momentos que bajamos la guardia. Cuando no hace falta sentirse fuerte ante nada ni ante nadie. Cuando por fin se abre la veda y se guardan las armas.

Martes somnoliento consecuencia del maravilloso karaoke que se han comprado mis vecinitos y que no apagaron hasta pasadas las milyquinientas. Rutinas mañaneras. Delirios y alucinaciones de todos los colores y sabores ("yo una vez vi a un tipo bailando delante de mí y en realidad no había nadie, yo creía que era lucifer y que el psiquiátrico era mío..").
Me apunto al desfile y me invento otros delirios y haciendo el payaso terminamos por reirnos todos.
El desayuno hoy es cálido. Mabel me dice cosas bonitas. No le cuesta expresar lo que siente y me dice que soy maravillosa. Yo digo alguna tontería para quitarle hierro al asunto.
Terminamos la mañana con ejercicios de peces y frases incompletas. Increiblemente A. emite hoy algún sonido, incluso levanta la vista y sonríe. Con eso ya es suficiente. Más que eso.
Al llegar a casa hablo con Dani. No me cansaría nunca de escucharle. Y no es sólo por lo que siento. Es por lo que lleva dentro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

GACELAS

I
GACELA DEL AMOR IMPREVISTO

Nadie comprendía el perfume
de la oscura magnolia de tu vientre.
Nadie sabía que martirizabas
un colibrí de amor entre los dientes.

Mil caballitos persas se dormían
en la plaza con luna de tu frente,
mientras que yo enlazaba cuatro noches
tu cintura, enemiga de la nieve.

Entre yeso y jazmines, tu mirada
era un pálido ramo de simientes.
Yo busqué, para darte, por mi pecho
las letras de marfil que dicen siempre.

Siempre, siempre: jardín de mi agonía,
tu cuerpo fugitivo para siempre,
la sangre de tus venas en mi boca,
tu boca ya sin luz para mi muerte.

Federico García Lorca