miércoles, 8 de octubre de 2008

La reunión está a punto de empezar y nosotras nos vamos al bar de enfrente. Me tomo un zumo de naranja mientras Raquel habla. Esta mañana la saludé de pasada. Hola, qué tal. Apenas la conozco pero su respuesta me paró en seco. No muy bien. Juraría que estaba a punto de echarse a llorar. Este tipo de situaciones me colocan en una posición incómoda que va del interés por el otro al miedo franco por meterme donde no me llaman. Si necesitas algo dímelo. La rozo el brazo y la miro directamente a los ojos y rápidamente cambio de tema. La nueva programación de las actividades de psicología es una buena escapatoria. Al menos de momento, detesto forzar nada.
Llegamos tarde a la reunión. Cristina y Yaiza sonríen. El resto ya está enfrascado en la compra venta del material. Te cambio un paciente por un piso tutelado. O mejor una minirresidencia. Y dense prisa porque esto se acaba. Para el año que viene que se joda todo el mundo porque ya sólo van a quedar plazas de asistencia domiciliaria. Intento prestar atención al circo que hay montado. Parece un gag de segunda. Los diálogos sobran. Por eso desconecto de vez en cuando o miro a Cristina con cara de circunstancias. Parece que J.C. ha vuelto a recaer. Joder. Se está pasando otra vez con los porros y la juez le tiene bajo el punto de mira. Al fin y al cabo intentó cargarse a su madre. También hablan de J. Lo hacen con demasiada ligereza. Chistes fáciles que no me hacen puta gracia. Su promiscuidad es algo muy serio. Además no es como la pintan, al menos conmigo.
Supongo que tendría que hacerme notar más en este tipo de eventos. Timidez, desinterés, prudencia..Sea por lo que sea, apenas hablo. Además , me estoy muriendo de sueño.

No hay comentarios: