miércoles, 22 de abril de 2009

Un ratito fugaz para dejar mi rastro antes de comenzar la mañana.
Hoy me han despertado los maullidos de Picasso.O quizás primero me he despertado yo y después él, siempre al acecho, ha empezado a gritarme, insistente y caprichoso, para que le abriese la puerta.
Pensamientos en masa sobre mi cabeza antes si quiera de sentirme dueña de ellos , sueños fragmentados que repaso y olvido rápidamente, radio 3 y una canción pesada como un martillo de Joy Division mientras me lavo los dientes. Y las noticias, a las que apenas hago caso por más que me cuestiono la necesidad de conectarme al mundo. Un momento. Algo ha captado mi atención esta mañana. Rita Levi Montalcini hoy ha cumplido 100 años. Sigue investigando y dice que el cerebro nunca debe jubilarse. Me gusta esa mujer.
Después la calle que me conduce al tranvía. Canciones de Foo Fighters en el mp3 que me hacen sonreir mientras viejas sensaciones desdibujadas recorren mi cuerpo, un mensaje para decirle a Dani todo lo que le quiero y una punzada de tristeza cuando leo a Guille y lo imagino la tarde del lunes mirando el reloj sintiendo que se le escapa el tiempo, que las horas son solamente la víspera de otra semana de trabajo y obligaciones.
....
J. entra por la puerta con su carita de niño asustado, formal hasta el dolor y el sinsentido. Yo le trato con cuidado, como si se pudiese romper en cualquier momento y pasamos parte de la mañana preparando un nuevo programa de rehabilitación.
Más tarde llega el momento de mostrarle un video a L. Sensacionalismo del que te hace vomitar para las tardes del domingo. Lleva ya dos meses insistiendo en que su diógenes eran unos cartones y un par de pláticos en el patio, los recogía para mis dos perros. Pero las imágenes dicen otra cosa. Varias toneladas de basura, tipos con máscaras esparcidos por toda la casa y kilos de desolación y podredumbre que no consigo acoplar con la persona que tengo sentada al lado.
Joder, siento que la estamos violando. No puedo evitar sentirme incómoda y apenas la miro.
Sesión clínica anodina y ya no puedo más. Hoy el cuerpo me ha frenado en seco. Adiós a la hiperactividad de estos días y siesta forzada que las extrasístoles mandan.
La tarde es tu cuerpo y los besos. Palabras que no importan demasiado y un amor que hoy cumple nueve meses y que sigue creciendo y haciéndose más fuerte, más dulce, más parte inseparable de lo que yo soy.

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