viernes, 8 de mayo de 2009

Acabo de leer algo así como que el ser humano por naturaleza está abocado a la promiscuidad permanente y que el enamoramiento es tan sólo un accidente neuroquímico con fecha de caducidad.
Son las palabras de una experta en sexología que se dedica cada semana a responder las preguntas de sus entregados lectores.
Y me dan ganas de vomitar. Me asquea profundamente que cualquiera pueda creerse con el derecho de otorgarse un saber que en realidad no tiene. Que se siente cátedra de una forma tan ligera y mediocre sobre cuestiones tan complejas. Porque una cosa es opinar y otra bien distinta sentenciar desde la ignorancia, inundar la conciencia colectiva de sucedáneaos de sabiduría.
En eso estamos.

( y lo peor, verse reflejada aunque sea de lejos en ciertas, algunas, pequeñas cosas)

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