domingo, 12 de julio de 2009

La sombra de tus manos dibuja en la pared de la habitación el perfil de una cara y unos labios que se mueven toscamente mientras me dicen lo mucho que te importo.
Nunca antes me había hablado una sombra y mucho menos me había dicho cosas tan bonitas .
Esta noche hemos celebrado nuestros respectivos cumpleaños y a mí se me han cruzado en mitad de la fiesta unas nubes negras con rayos y centellas incluidas.
A veces me pasa que no termino de creerme las cosas buenas que me suceden , que de pronto me encuentro atrapada en medio de una tormenta oscura y doliente.
Y cuanto más me arrastra la tempestad, más lejos estoy de todo lo que amo, más incapaz de amarrarme a algo que me traiga de nuevo a tierra, más me enfurezco por tanta flaqueza, por toda esta confusión.
Por suerte la mañana me ha llevado de nuevo a ti.
Por suerte he vuelto a olerte y a sentirte, a dormir pegada a tu piel, a reirme como una tonta, a perdonar(me) los desvaríos, los ataques innecesarios a enemigos que no existen.
Hay una balanza en mi vida inclinada hacia las estrellas.
Gracias por ser la que más brillo me da.

1 comentario:

ñ dijo...

Madre mía... Si cuando me enamore algún día siento la mitad que tú, me daré por satisfecha...