martes, 8 de diciembre de 2009

No puede decirse que sea ninguna erudita. Apenas he profundizado demasiado en la doctrina existencialista.
Unas cuantas frases sueltas, El extranjero de Camus y lo que me tocó empollarme en el colegio (sí, fui al colegio hasta los 18, a uno privado de niños pijos con ropa de marca y gente corrriente con ropa falsificada y unos padres que se dejaban los cuernos para que sus hijos recibieran una buena educación mientras se les caían a trozos los cocodrilos desgastados de sus camisetas de mercadillo).
La cuestión es que mi doctrina filosófica, si se me permite llamarla así, es existencialismo en estado puro. Probablemente que no emplee los términos adecuados, que patine en mis planteamientos y me enrede en un millón de contradicciones. Pero es que no puedo evitarlo.
Veo al ser humano, diminuto y expectante, en el principio de un interminable pasillo cargado de luz y nada más que luz, blanquecina y opaca al mismo tiempo. Está solo y no tiene más remedio que echar a andar en busca de una salida que sólo existe en su imaginación. Lo que haga mientras dure la luz es cosa suya. Sin pistas ni certezas . Sólo y exclusivamente lo que sus decisiones, sus actos, su empeño y sus fracasos sean capaz de hacerle creer.
Que venga alguien y me diga que esto no es existecialismo.

(Puente oscilante de claroscuros. Las palabras me ahogan, invisibles y paralizadas en algún trayecto secreto de mis cuerdas vocales. El corazón enlentece su paso. Apenas sé lo que siento o lo que debería de sentir. Podría hablar o callar. Podría pedir limosna o despilfarrar todas mis riquezas. Pero seguramente que en cualquier caso, estaría equivocada.
Además subí y bajé el barranco, como le prometí un día al cielo, me tosté en la arena negra de una playa interrumpida sólo por algún que otro perro entrometido, terminé por fin el lamento del perezoso, diciéndole adiós al señor whittaker y a ese último fragmento tan acertado y tan doloroso, experimenté con nuevos sabores traidos de la india y dormí largamente, con tu cuerpo dándome sombra en el pasillo sofocado de la vida ).

1 comentario:

Raúl dijo...

Esther, gracias por tu visita y por el comentario que dejaste en mi blog.
Un saludo.