domingo, 3 de enero de 2010

Por fin he recuperado todo el sueño que me faltaba. Y parte de la culpa la ha tenido un soberano constipado que agarré, si las cuentas no me fallan, allá por el martes, regresando de la playa. También he notado un movimiento interno de reajuste neuroquímico que me ha serenado las emociones y ha fulminado, o casi, la nube de dispersión y melancolía que me venía persiguiendo como una sombra entrometida y a la que quizás invité, de tanto imaginármela.

En fin, que ya comienza el 2010 y a mí lo que realmente me importa es que los resultados del tac me dejen más margen para hacer todo lo que aún me queda.
Para serenarme y para revolverme, para emocionarme como una cría y para amar mi reflejo en tus pupilas, mi imagen imaginada en tu imaginación y en la mía.

No hay comentarios: