miércoles, 28 de abril de 2010

Morir Joven

Quiero accionar la tecla de los aciertos que no pudieron ser entonces. Quiero hacerlo ahora porque por fin lo he comprendido. Ahora que es tarde para todo, aún me queda tiempo para lanzar el grito que no quise escucharme. Un grito de muerte y aniquilación absoluta. Un aullido que lleva dentro el dolor del crimen no cometido.
Quise morir joven y maté tan sólo al deseo oscuro. Y ahora, me rindo ante la losa de los años gastados, que, burlones, me han tomado la delantera tanto que ya no me pertenecen.
Lo supe todo y creí no saber nada…
Que ya no habrían más primeras veces, que el mundo entero sería a partir de entonces una estúpida repetición, un plagio mediocre de otros mundos extinguidos..
Que el terror al adiós definitivo asomaría entre mi cuerpo gastado hasta desgarrar toda esperanza, hasta cegarme los colores..
Que me asfixiaría entre un pasado anhelado y un futuro hueco alimentado de sobras y desperdicios..
Que menguarían los deseos y se dilatarían las culpas y los sinsabores..
Que un día dejaría de engañarme y ya no sería aquel buscador de sentido, aquel loco rastreador de respuestas a extrañas preguntas..
Que los excesos quedarían vetados para mi cuerpo marchitado y sin ellos el tedio se haría insoportable..
Que al final, la belleza y la verdad y la misma vida serían sólo una ficción que se derrumba cansada ante mi fatigada incredulidad..
Me hubiera pegado un tiro el mismo día que tus besos y aquella canción ya no me estremecieron
Y así hubiera dejado de morir todos los días..

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y así hubiera dejado de morir todos los días...
Qué gran final!
(estoy releyendo tus historias desde el trabajo, aprovechando que alguien se dejó abierta la conexión a internet -normalmente capada-)
ñ