domingo, 9 de mayo de 2010

Futuro


Intento enfocar la imagen de un futuro que sea mío y me tiembla el pulso y la estampa se me escapa mientras mis pies quietos se niegan a obedecerme. Así, inmóvil y confundida, sólo consigo robarle al porvenir algunos colores difusos cargados de miedos y deseos en diferentes proporciones.

Futuro rosa soñado, perfecto e imposible tiempo de una vida libre de errores y vacía de todo lo innecesario.
Futuro ocre maldito, de arterias dilatadas que crujen y finales oscuros e incomprensibles.
Futuro azul celeste, dulce prolongación de los pasos que hoy me llevan de tu mano hacia un después seguro.

Y es que con el después es más fácil lidiar, me digo. Sólo tienes que sacar el boli del bolsillo y hacerte con un pedazo de papel en el que imprimir tus planes para mañana, inmersa y segura en mitad de un proceso concreto y asumible para mi cobarde y constreñida imaginación.

Pero el futuro está lejos y lejos significa fuera de mi alcance y lo que no puedo ver con claridad me asusta o me hace sospechar.

Quizás es que me falta fe o que simplemente así estoy bien.

Lejos de todo mañana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Antes y después. Nebulosa y vértigo. ¿Y si viviéramos el presente?
ñ