lunes, 9 de mayo de 2011

No sé si con este sueño podré articular varias frases seguidas con sentido. Pero que no sea por no intentarlo.
Ha sido un fin de semana de remontada, después de unos días extraños y melancólicos. Sabía que la luz volvería a brillar, que solo era cuestión de charlar un ratito con Dani, de enamorarme de una historia, de reírme con Justo al otro lado del teléfono, de pegarme una juerga con la gente que quiero, de dormir sin prisas...
Solo era cuestión de desearlo, al fin y al cabo.
Porque sería injusta si me dejara arrastrar por la desesperación y el abatimiento. Borrarme del mapa cargándome de hastío sería una auténtica pérdida que no voy a permitirme.
Prefiero sonreír y continuar la lucha:  resistir es la consigna.

(tengo un nuevo proyecto en la cabeza, algo que de materializarse podría suponer una importante aportación a esto de la salud mental y sus usuarios; me cuestiono si mi inflexibilidad con lo que percibo como flojera moral en los otros no es más que humo e inconsistencia; sé que tengo suerte cuando Dani me asegura que hará todo lo que esté en su mano por hacerme feliz; la distancia con mi madre se dilata y se llena cada vez de más silencio; ver al gorrión en verano, tumbarme en la piscina, escribir algo importante...)

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